Segundo mes
- José Miguel Guevara
- 9 feb
- 3 Min. de lectura
Hasta hace pocos días los presidentes de la Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús, eran Francisco González Garza y su esposa Elvia Nora Albizo Hernández. No más, el pasado domingo 26 de enero falleció “Noris”, una dama cristiana, madre, esposa, abuela ejemplar. Ya descansa en paz seguramente gozando de la visión beatífica.

Paco y Noris han sabido servir a México como activos participantes lo mismo en asociaciones cívicas como la Unión de Padres de Familia y otras más, como en asociaciones religiosas, la arriba mencionada.
Acompañamos a Paco y su familia en la pena, pena que al reflexionar se vuelve alegría porque ahora Noris ve por ellos y por todos nosotros desde mejor lugar.
Conocidas las intenciones de Donald Trump desde su campaña y por sus constantes recados de red y declaraciones, se llegó el primer día de febrero, el señalado para aplicar algunas medidas incómodas, aranceles de 25% a productos fabricados en México, expulsión de migrantes indocumentados, como medida de presión para lograr un fuerte control al tráfico de personas y de fentanilo.
Nuevamente presentamos aquí algunas reflexiones previamente apuntadas.
Respecto a expulsar migrantes indocumentados, los migrantes documentados como Elon Musk o la esposa del presidente, no tienen problema. De los casi 40 millones de hispanos que hay en Estados Unidos, unos 26 millones en números redondos son mexicanos.
Los números llegan a engañar un poco porque en ocasiones cuentan a personas ya nacidas en ese país, pero de raíz hispana, sin embargo, el número grueso sí proporciona una idea. De esos 26 millones se encuentran unos once millones como indocumentados. De esos 11, la inmensa mayoría trabajando en la industria restaurantera y hotelera en las grandes ciudades, además, otros de ellos en la industria de la construcción y en el campo para la recolección de vegetales; las cuatro cuentan con cabilderos en el Congreso que seguramente se moverán para que no alteren los “costos de producción” apoyados en esa mano de obra barata.
Respecto a impedir que drogas ilegales y peligrosas ingresen a Estados Unidos es conveniente preguntarse ¿qué se quiere?, ¿se quiere impedir que millones de jóvenes y no tan jóvenes se droguen, o se quiere dar la impresión de que el tema importa, frente a los electores?
Hace ya tiempo que Estados Unidos buscó y logró un convenio con el gobierno de Colombia para desbaratar el imperio de Pablo Escobar Gaviria con la finalidad de impedir que la cocaína llegara allá. La campaña terminó con la muerte de Escobar y el desmembramiento de su imperio. ¿Dejó de llegar droga ilegal a Estados Unidos? No.
Para combatir el consumo de cigarrillos hay una fuerte campaña, hay un día sin fumar, se nombra a un Mariscal de Campo para ese día y se hace mucho alboroto, hay prohibición para reducir las posibilidades públicas de fumar y puede decirse que la campaña sirve. No hay algo semejante en contra de la drogadicción. Hemos visto restaurantes que se cerraron por falta de clientes, la producción de alimento se detuvo porque no había quien consumiera.
El consumo de drogas debe evitarse con educación, no cerrar la producción. O mejor aún, con un “fuerte control de la distribución” en sus calles y la indispensable educación.
Entonces, ¿podemos suponer que a sabiendas de reacciones y de la lógica adecuada para lograr los deseados fines, se ha llevado a cabo todo el “teatro” solamente para dejar satisfechos a los votantes?
Circula en las redes una supuesta carta del Congreso a la presidencia de Estados Unidos traducida al español en la que le hace notar consecuencias de imponer 25% de aranceles a los productos mexicanos. Ciertamente perjudicaría a los consumidores americanos.
Un tema más, efectivamente suena ofensivo que el gobierno de un país diga que el gobierno de otro está asociado con criminales, cierto. Pero, el caso es que siendo vecinos México y Estados Unidos, si hay motivo para que una realidad tan seria como esa, preocupe.
¿Esto por qué vino? Vino nada más porque es evidente que amplias zonas geográficas de México están bajo el control del crimen, la costa del Pacífico, y lunares se ha dicho 25 o 30% del territorio. Esto no puede ser más que por incompetencia o por conveniencia, el vecino del norte optó por explicarse la circunstancia por conveniencia, asociación, ¡claro! soportado por muchas declaraciones y acciones del anterior gobernante de simpatía y apoyo hacia los delincuentes.
Hoy las cosas no han cambiado, han empeorado, los productores de aguacate, limón, café y cacao se ven obligados a pagar a criminales por producir y vender estos productos.
