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Foto del escritorJosé Miguel Guevara

Preparativos

El transcurrir de los días es objetivo, inobjetable. La percepción del tiempo es subjetiva, en ocasiones esperar un mes nos parece una eternidad y en otras, cuatro meses “se nos van volando”.


Foto: Freepik

Este sexenio está objetivamente terminando, los preparativos para las elecciones que señalarán quienes se harán cargo por los siguientes seis años de conducir al país se acercan.


El partido Movimiento Regeneración Nacional ha acordado que sus actuales dirigentes continuarán hasta agosto de 2024, es decir conducirán la selección de candidatos para el 2024. Por otro lado, los partidos considerados de oposición y los grupos de la sociedad civil que se han hecho presentes en manifestaciones de carácter político avanzan con lentitud y falta de definiciones acerca de cómo trabajar.


Esto es comprensible, porque en una partidocracia, los que están fuera de los mandos de los partidos no cuentan con instrumentos para obtener resultados prácticos. La sociedad civil, los grupos que le dan expresión a sus inquietudes, pueden convocar y lograr una manifestación nacional extraordinariamente multitudinaria, notable en varias ciudades, incluida la Ciudad de México, pero toda esa fuerza manifestada no cuenta con mecanismos para ir más lejos en resultados políticos.


La prudencia tiene que privar en las dirigencias de los partidos, si no pueden adaptar su normatividad en tiempos cortos, necesitan ser creativos para dar cause a expresiones tan fuertes de ciudadanos no partidistas. Otra actitud provocaría una mayor decepción de los partidos tradicionales.


Hasta ahora, en los foros que los partidos miembros de la Alianza se han destacado como aspirantes a la candidatura para el ejecutivo federal trece personas de los mismos partidos y alguna de la sociedad civil. La aspiración es respetable, sin embargo, si se mira con ojos más exigentes, el número de candidatos se restringe bastante, digamos unos cinco o seis. La de mayor presencia es sin duda la senadora Téllez, seguida por otros aspirantes bien calificados por su experiencia política y su perfil personal. Ante una oferta relativamente amplia, ¿qué cualidades deben ser las que guíen la decisión? Podemos señalar que, si se participa en unas elecciones para puestos públicos, debe prestarse total atención a que la persona, por un lado, sea competente para resolver los problemas que va a enfrentar y por otro, dado que la elección es por votación universal, que tenga la expresión que muestre esa capacidad en forma superior a los oponentes. En pocas palabras, que sea capaz de ganar la elección.


Por ello, no es por demás, hacer consideraciones acerca de quienes serán los

participantes por parte de los otros partidos y cuáles pueden ser los escenarios en que se dé la contienda.


Un primer escenario, el más sencillo, sería que para el ejecutivo federal solamente

hubiera dos: el candidato del partido en el poder, el candidato oficial y el de la oposición unificada. Deseable, pero poco probable. Claro está que la elección no está limitada a un solo puesto, el del ejecutivo federal, pero ciertamente su personalidad, discurso y propuestas suele ser muy influyente para impulsar otros candidatos de su partido o coalición a los otros puestos a renovarse, el Congreso y algunas gubernaturas.


El siguiente escenario es el de más de dos candidatos. En 2018 tuvimos cinco que se redujeron posteriormente a cuatro. Ahora parece más a la vista la posibilidad de tener tres: el oficial, el desairado por el partido gobernante que no se discipline y el de la Alianza opositora hasta hoy constituida. En este caso, ¿Quiénes serían? No se puede adivinar el futuro, solamente conjeturar en base a lo que se ve.


Dada la personalidad dominante, enfermizamente dominante del líder de Morena, es de esperar que su candidato se distinga por su docilidad y absoluta adhesión a su voluntad.


Si hay. Pero, la ambición trabaja y puede distinguirse a uno no tan dócil, con experiencia política y que ha recorrido varios partidos, desde el PRI, Centro democrático, PRD, hasta Morena. Éste, si no es nominado buscará partido, partidos, seguidores, que lo arropen. Aquí tendríamos ya dos de los posibles tres.


Si la alianza logra permanecer, nos ofrecerá el tercero. También podrían haber

desairados que busquen camino, es posible naturalmente.


Y, ¿cuál es la tarea por cumplir?


Menudo reto el que enfrentará aquel que lleve a México por mejor cause. Lo primero es conseguir la unidad nacional. Un discurso de odio insistente ha dividido al pueblo de México, un pueblo dividido camina a su ruina. Su primera tarea será moral. De inmediato, necesita crear el clima de confianza para que se dé la inversión, semilla necesaria para el desarrollo. E igualmente urgente, elevar la calidad de la educación de niños y jóvenes en edad de crear el futuro que México merece.


No vale la pena pormenorizar todas las demás correcciones necesarias, desde la

destrucción de instituciones ciudadanas, hoy contra el INAI, hasta los despilfarros en obras inútiles y estrafalarias.


POR FAVOR REVISEMOS NUESTRAS CREDENCIALES DEL INE PARA TENER LA CERTEZA DE QUE PODREMOS PARTICIPAR EN LA FIESTA ELECTORAL.


Image by <a href="https://www.freepik.com/free-photo/top-view-wooden-pawns-arrangement_25629259.htm?query=organizar%20candidatos#from_view=detail_alsolike">Freepik</a>

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