Los plazos empiezan a cumplirse, Ebrard se adelantó solo por unos días, los cuatro precandidatos del partido oficial ya han renunciado a sus puestos; tres y solicitada licencia el senador. Interesante actitud de Polenvski, ¿qué quería?
Las campañas internas de los precandidatos oficiales son a todas luces violatorias de las leyes acerca de elecciones, sin embargo, no aparecen los señalamientos del INE. Por otro lado, se percibe una apariencia de marcada preferencia de la oficialía por Sheimbaun y es más, tal parece que hubiera la intención de obstaculizar a Ebrard.
Este tratamiento inequitativo de el “dueño” del partido va a tener resultados, también en comportamiento humano “a toda acción se opone una reacción”, que en estos casos no siempre es proporcional. Veremos que sucede.
Por otro lado, los insatisfechos, la Alianza opositora y los representantes de la Sociedad Civil están dando un triste espectáculo.
Lo califico de triste porque tienen el triunfo a la mano y no saben como tomarlo. En todos los análisis técnicos que nos ofrecen analistas expertos, sale a la luz que el partido gobernante tiene una buena base de voto duro que se conserva pero que no garantiza el triunfo y parece no crecer, algo natural considerando el desgate que todo gobierno sufre.
También dicen, que no hay una fidelidad a una propuesta ideológica, sino a un líder que interpreta los sentimientos de una base popular, ¿esto es transferible a otra persona, así sin más?
Vistas así las cosas los opositores tienen si no enormes, buenas posibilidades de lograr un triunfo, pero, … no saben cómo hacerlo y/o no tienen con qué.
Hace mucho tiempo se celebró el comentario de Rubén Figueroa Figueroa, gobernador y cacique del estado de Guerrero, cuando dijo acerca de los posibles candidatos a la presidencia de la República: “la caballada está flaca”, hoy podríamos sin respeto alguno aplicar esta frase populachera a la Alianza. No reconocen el líder que puede hacer converger los votos de los que no desean continuidad y prefieren mirar la flaca caballada. Aún no dan a conocer el procedimiento para que descubramos a ese líder.
Claro que los dos espectáculos arriba descritos provocan desinterés en un número creciente de ciudadanos que, sin mucho interés, no hay quien los capte, los entusiasme, se despreocupan de sus derechos y deberes cívicos y usan su credencial del INE solamente para identificación sin actualizar la dirección, situación que el día de las votaciones lleva a la imposibilidad práctica de efectuar un voto completo o de plano a no votar. Parece que este sector es grande y por supuesto se suma a los que no han actualizado su credencial y a los que no la tienen.
Del entusiasmo que se vivió a finales del siglo XX que resultó en el cambio de poder en el ejecutivo, vivimos ahora un grave desinterés ciudadano por la democracia expresado en la decidida voluntad de abstenerse de votar.
Además, un 28% del padrón corresponde a jóvenes de 18 a 29 años. Todos ellos si conocen las luchas por la verdadera democracia es solamente por relatos familiares o libros, la inmensa mayoría no los conocen.
Estamos en medio de una crisis, es decir de una especie de enfermedad, de estas situaciones solamente se sale con esfuerzos responsables haciendo lo que se debe hacer, aunque implique acciones no atractivas y si retantes.
Necesitamos los que nos damos cuenta de todo lo que está en juego para nosotros, nuestros hijos, si es el caso nuestros nietos, en este 2024, contagiar de una fuerte actitud ciudadana y patriótica a todos los que podamos: familiares, vecinos amigos, hacerles ver lo que se juega.
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