El día 1 de octubre inició un nuevo periodo de gobierno con el reemplazo de la persona responsable del Ejecutivo Federal. No fue el único reemplazo, se dio en otros puestos y también había sucedido ya en el Legislativo con un mes de anticipación.
Sin embargo, este cambio resulta novedoso en varios sentidos, el más evidente es que por primera ocasión en nuestro país, será una mujer la que ocupe dicho puesto, algo novedoso, el otro cambio notable es la insistencia en que no habrá cambio de dirección política, algo inusitado, dado que venimos de cambios inclusive de partido y que podemos recordar que el partido hegemónico que nos gobernó por casi todo el siglo XX, aprovechaba este cambio para “lavarse la cara” y hacer algunas correcciones; hasta se llegó a hablar de la ley del péndulo, uno para un lado, el siguiente para el otro, para ir equilibrando.
Pues bien, solo hay cambio de sexo, pero no de línea política, cuando menos así lo ha reiterado Sheinbaum en sus alocuciones y luce enteramente posible dado la obvia influencia de López en la composición de su gabinete, salvo una que otra excepción.
¿Cómo debemos recibir y entender esto? ¿Quiere decir que Sheinbaum contrario a su discurso de empoderar el feminismo se reducirá a ser una extensión del gobierno de López?
Es muy difícil responder ahora a estas cuestiones. Un análisis objetivo de la campaña permite decir que fue López quien logró el triunfo electoral, dada su popular aceptación y constante discurso a favor de Sheinbaum como su continuación. Esto hace comprensible agradecimiento y compromiso, sin embargo, son dos personalidades diferentes, poco a poco tendrá que dejarse ver cuando menos un cambio de actitud.
Por otro lado, la responsable del Ejecutivo Federal, si bien tiene que cargar con una herencia muy pesada, también tiene que enfrentar la realidad nacional y geopolítica, no puede permitir que una experiencia tan novedosa, una mujer en esa responsabilidad, inicie con tropiezos y se acerque al fracaso económico. Buen cuidado tuvo de señalar su disposición de respeto al Banco de México y profesional manejo de la economía en su discurso de toma de posesión.
Además, tiene que vivir la experiencia de ocupar el puesto político de mayor poder en este país. Los que han apostado por la instauración de lo que se entiende por un “maximato”, es decir que haya un Jefe Moral por encima del puesto de presidente, consideran que Sheinbaum será sumisa a López. No cabe duda de que es una posibilidad.
La otra posibilidad es que esta señora encuentre la manera de ejercer un gobierno según sus propósitos y acorde con su visión de desarrollo del país. La pugna Estados Unidos contra China, o al revés, lo sabemos todos, abre buenas posibilidades de que empresas de muy diferente tipo se instalen en nuestra frontera norte generando trabajos de instalación, empleos permanentes e impuestos durante su operación, algo beneficioso para nuestra economía. Esta oportunidad no puede pasar desapercibida para ella y por tanto debería propiciar las condiciones para que suceda. Aquí importa el resultado de las elecciones en nuestro país del norte, no cambiará la pugna, pero si el tono.
Entre las condiciones necesarias para el desarrollo económico del país hay dos temas claves: educación y seguridad jurídica y social.
El tema de educación es tan extenso, que me dispenso de tratarlo en esta oportunidad. El tema de la seguridad social y jurídica está a la vista de todos, por un lado los noticieros y por el otro la intervención de la Suprema Corte de Justicia en el momento actual.
Si no hay claras señales de que se logra establecer el orden jurídico en territorios que ha avasallado el crimen organizado, es decir, que se recupere el control debido, no estamos ofreciendo garantías sociales a inversionistas y Texas puede llevarse las oportunidades.
Además, si no se respeta la independencia del Poder Judicial, menos ofrecemos certeza para las inversiones y para la revisión del TMEC que en 2025 debe hacerse.
Todo esto debe importarle a Sheinbaum, malos resultados serían un fracaso para ella, no para el líder Moral.
Finalmente, conflictos emocionales con España, no es un verdadero tema geopolítico es un distractor clásico del que se fue, o ¿no se ha ido?
