Las elecciones de 2018 fueron el tercer intento de López Obrador para la presidencia, y en esta ocasión, el descontento por el gobierno anterior, y la denuncia al candidato del PAN Ricardo Anaya, favorecieron ampliamente la candidatura morenista, que gano con más del 50% de los votos, y logro mayoría calificada en la cámara de diputados; a su toma de posesión asistieron muchos jefes de estado, destacando líderes socialistas como Diaz Canel de Cuba, Maduro de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, Lenin Moreno de Ecuador, pero También Mike Pence, vicepresidente de USA, y Felipe VI de España.
Uno de los primeros actos de gobierno, fue poner a Rosario Ibarra Piedra en la comisión nacional de derechos humanos, institución que fue creada en 1990 y se definió como autónoma en 1999, para la defensa del ciudadano contra abusos del estado, quien deja mucho que desear en su desempeño, actuando casi siempre a favor del gobierno.
El ataque al INE refleja la intención de debilitar la democracia, apoderándose del conteo de los votos, como ocurría en el lejano pasado priista, igualmente el intento de someter a la SCJN, y la vergonzosa actuación de Zaldívar Lelo de Larrea, amén de la imposición de las ministras Jazmín Esquivel Mossa, cuyos plagios a las tesis de licenciatura y doctorado no han sido aclarados, posteriormente la imposición, legal de la magistrada Lenia Batres, a pesar de no cumplir los requerimientos para ello, pero con la clara intención de tener control sobre la Suprema Corte de Justicia de la nación.
En el terreno de la salud, el pésimo manejo de la pandemia, que genero más de 400,000 muertos en exceso, la destrucción del seguro popular, la ausencia de medicamentos y servicios, para niños con Cáncer, adultos mayores y los pésimos programas de vacunación en general, nos hablan del desastre en el sector salud.
La política de “abrazos no balazos” ha generado el empoderamiento de vastas regiones del país por el crimen organizado, con una cifra de homicidios nunca antes alcanzada, con aumento en delitos como extorción, robo, fraudes y mención aparte los feminicidios, que parecen ser ignorados por el gobierno.
En el campo educativo, se echó atrás la reforma de Peña nieto, y con el pretexto de la pandemia, millones de estudiantes salieron del sistema educativo y no se han reintegrado, se acabó con las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo (perjudicando a miles de mujeres), aunado a los cambios ideologizantes de los libros de texto, y la concesión y entrega de la educación a los sindicatos, así como los ataques a las universidades, en especial a la UNAM, son muestra de que la educación no es prioridad para este gobierno.
El ataque al Conacyt, al CIDE, y la falta de apoyo a los deportistas desde la CONADE y la opacidad del manejo de los recursos para el deporte por parte de su titular Ana Guevara.
Capítulo aparte merece el ataque continuo a la libertad de expresión, en la persona de periodistas y comunicadores, que no se pliegan a sus ideas y denuncian lo que consideran errores, violaciones a la ley o a la constitución, o claras mentiras respaldadas en otros datos, que nunca se dan a conocer; por mencionar algunos, los periodistas Loret de Mola, Enrique Krause, López Dóriga, Azucena Uresti, y muchos más, la última y más vil y vergonzosa, el ataque desde su pulpito, a María Amparo Casar, haciendo públicos sus datos personales y de su familia, violando la constitución, que prometió cumplir. Lo más grave es “no me salgan con que la ley es la ley”, diciendo que su autoridad moral está por encima. Como lo diría Mussolini Hitler o Stalin en su momento.
La suspensión de las obras del Aeropuerto de Texcoco, diseñado por Norman Foster, reconocido mundialmente por la calidad de los diseños aeroportuarios en el mundo, bajo el pretexto de corrupción, (que nunca se comprobó), el cambio del aeropuerto militar para coinvertirlo en el Felipe Ángeles, cuya funcionalidad está a la vista de todo el que quiera confirmar su inutilidad, la suspensión del aeropuerto tuvo un costo de 331 mil millones, a los que se suman los 180 mil millones erogados por un elefante blanco llamado AIFA.
La destrucción generada por el tren maya no tiene precedente, millones de árboles talados, destrucción y contaminación de cenotes, afectación de áreas de especies protegidas, triplicación del costo programado, todo sin posibilidades de recuperación, en síntesis, un desastre ecológico, económico y sin poder saber los verdaderos costos, por la declaración de datos protegidos por seguridad nacional.
La reforma energética del gobierno de Peña Nieto, que permitía la inversión privada, para ayudar el desarrollo de la industria, sin costos para Pemex, y beneficios para la población, al disminuir el costo de la energía, aumentando la producción de energías limpias, no contaminantes, fue echada para atrás, y hoy Pemex es la petrolera más endeudada del mundo, y el gobierno dilapida millones sin que aumente la productividad, y quemando combustóleo contaminante.
Nota aparte merece la refinería de dos bocas, que ya inaugurada no ha refinado ni un barril de gasolina, cuyo costo inicial fue de 8000 millones de dólares, paro que a costado más de 20000 y se inunda a cada rato, pero además va a refinar gasolina, cuando los transportes sean eléctricos.
Que decir de la CFE, que bajo la dirección de Manuel Bartlett. Paso de empresa de clase mundial, a los apagones que estamos sufriendo, la imposibilidad de dar servicio a las nuevas empresas que quieran instalarse, por funcionar con combustóleo y no generando energías limpias, además de llevarse millones de nuestros impuestos para cubrir su ineficiencia.
No podemos dejar de mencionar la militarización que se comprometió a no hacer, pero mintió, porque, en la práctica, el Ejército y la Marina controlan puertos, aduanas, obras públicas, carreteras y se cobijan con el cuento de la seguridad nacional para evitar que los ciudadanos puedan acceder a la información de costos, contratos y transferencias de dinero público, que quedan en plena opacidad.
El oscuro manejo de los contratos, a los amigos de los hijos del presidente muestra la impunidad, y la opacidad de un gobierno que ataca al INAI, por miedo a las revelaciones de corrupción rampante y la estafa de SEGALMEX, para la que no hay investigación con resultados.
La apropiación de los fideicomisos y su dilapidación, el intento de desparecer el efecto del juicio amparo, y el intento de amnistía presidencial a destajo, son otras muestras del talante antidemocrático del gobierno.
Finalmente señalaremos el desastre en las relaciones internacionales, ruptura de relaciones, expulsión de embajadores, reclamos infundados por hachos antiguos, apoyo a regímenes dictatoriales, falta de definición en conflictos como en Ucrania, Gaza y ausencia en foros internacionales.
Es difícil en un espacio tan corto enumerar todas las barbaridades de este gobierno, pero lo que sigue, si permanece nos hace recordar, que, si Peña nos llevaba al despeñadero, morena nos lleva 100 años atrás, sin recursos económicos, sin educación, sin derechos humanos, sin democracia y seguramente a una nueva dictadura de la que no sabemos si podemos sacudirnos, pero si salimos el 2 de junio dispuestos a rescatar todo lo que se consiguió durante la larga transición, es posible que nuestro voto sea demostración de que hay suficientes demócratas, para que haya democracia.
Continuaremos revisando transiciones en la próxima colaboración.
