De entrada, la cantidad de credenciales del INE que no están funcionales para votar en 2024 es muy grande, URGE REGULARIZARLAS, QUEDA MUY POCO TIEMPO, comprométete a revisar y actualizar tu credencial para votar. |
Esta quincena las notas políticas llamativas las han dado Ebrard por un lado y por el otro Dante Delgado Ranauro.
Ebrard no se ha separado de MORENA pero incomoda al partido involucrando al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en su confrontación con la Comisión Nacional de Honor y Justicia del partido, de la que espera un fallo para tomar finalmente una decisión. También con algunas acciones de los diputados leales a él en el Congreso y coqueteos hacia MC.
Los detalles son conocidos por la prensa, lo que hago notar son las circunstancias, no ha aceptado un premio sucedáneo, ni se ha separado definitivamente, ¿está subiendo la apuesta? ¿a dónde quiere llegar?
No creo que acepte ir con MC porque no tendría realmente posibilidades de ganar y eso no va con su perfil, a menos que en una extraña jugada le hiciera el favor a López de dividir los votos de la oposición. Mientras tanto, Dante Delgado avanza lentamente con sus preparativos para lanzar un candidato cuña o tal vez tomar una decisión diferente según lo que crea que sucederá en 2024.
Por otro lado, se ha vuelto bastante común encontrar en las redes invitaciones a tener la credencial del INE al corriente y reservar el día 2 de junio de 2024 para asegurarse de participar en la importante votación que se celebrará ese día. Hay suficientes razones para tener esa inquietud en la cabeza.
Una de ellas sin duda es el poco aprecio que en la práctica se ha demostrado por participar cuando debe hacerse. ¿Por qué ese poco aprecio?
Tal vez la razón sea más profunda que solamente pereza o desgano por buscar la casilla, hacer una fila, esperar turno y finalmente votar y recibir una marca de color en un dedo.
Ciertamente tiene poco tiempo que los resultados de las elecciones son controlados por ciudadanos a través del INE y que con este procedimiento se ha garantizado el respeto al voto emitido.
El gobierno que hoy tenemos, a pesar de sus desaciertos es en rigor un gobierno legítimo. Sin embargo, su origen hablando con honestidad no fue legítimo, la paz pública de que hemos gozado por bastantes años lo ha legitimado, pero no inició así.
Si volteamos al origen del actual pacto político llegamos a la Constitución de 1917. Bastantes historiadores reconocen lo poco representativos que de la voluntad general eran los diputados constituyentes, fue un proceso controlado por los triunfadores de luchas armadas nada más.
Si preferimos tomar como referencia la creación del sistema político que logró Calles, eso menos puede llamarse voluntad popular; más bien fue la convenenciera prudencia con que la camarilla gobernante ha sabido en momentos claves escuchar los reclamos de líderes ciudadanos, lo que a la larga ha legitimado al régimen actual y hasta ha permitido algunas alternancias en el ejecutivo federal para evitar confrontaciones de mayor nivel.
Todo este proceso con mayor o menor profundidad ha sido percibido por la mayoría de los ciudadanos y permea hasta el fondo de la conciencia. Por ello no termina de fijarse en la cultura popular el que AHORA podemos vivir una auténtica democracia, una verdadera selección de gobernantes mediante el voto ciudadano.
Me parece que esa incredulidad de la certeza en la elección es la causa raíz.
Además, dado que eso lo entiende bien el actual equipo gobernante, procura abonarlo con declaraciones y discursos en los que se da a entender que el futuro ya está decidido, porque muchos lo apoyan o porque se haga lo que se haga impondrá a quien mejor le parezca.
La semana pasada en una conferencia sobre el tema uno de los presentes preguntó: ¿cómo puede impedirse una “elección de Estado”? repito aquí mi respuesta: la única forma de hacerlo es mediante una “elección de ciudadanos”.
Solamente actuando puede lograse, participar es contar con el documento: credencial al corriente; informarse de los candidatos para tener una decisión atinada; y asistir el día de las votaciones.
La cultura, en este caso la cultura cívica se obtiene no solamente por aceptación de argumentos, es imprescindible la práctica de aquello en que se cree, de otro modo no se logra la inculturación en la sociedad.
Es indispensable dar el paso hacia adelante, ¡hay que votar!
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