¿Es un capricho de algunos líderes tratar de formar alianzas de cara a los próximos comicios en diferentes entidades de la República y a las elecciones para la presidencia de la República y legisladores? Nos parece que es un derecho de los ciudadanos y una magnífica oportunidad para ser fermento de unidad y construir un proyecto nuevo en la vida política de México.
Es probable que los convocantes, tengan presente que fueron las fuerzas sociales que permitieron la llegada de la izquierda al poder con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas al gobierno de la Ciudad capital y tengan presente que las fuerzas ciudadanas rompimos la hegemonía de la familia revolucionaria logrando que “un ajeno a la familia” ocupara la Presidencia de la República como fue el caso del presidente Vicente Fox.
Es probable que, estos convocantes recuerden la participación ciudadana en los sismos de 1985, o tengan en la memoria que más de un millón de mexicanos salimos a las calles para exigir a los gobiernos reducir los índices delictivos.
Así que como dice el clásico, “si se quiere, se puede” Sin duda necesitamos la participación de todos en la sociedad para revertir el gran daño que se le ha hecho a México.
A lo largo del tiempo, la clave del mejor vivir en todos los sentidos, ha sido la participación de las personas en los temas que le atañen a la sociedad.
Conocemos por la historia, que las culturas van mutando con mucha velocidad y que nada es estático. Los pueblos se mueven por diversas circunstancias, la sociedad cambia constantemente de rumbo.
Es interesante observar que, hay factores que no dependen de las personas y que pueden modificar la vida de los pueblos; por ejemplo, los fenómenos naturales, como es el caso de las tormentas, terremotos, sequías y las enfermedades que sufre toda la humanidad.
También apreciamos que, el quehacer humano afecta a su propia persona y a la sociedad en general. En un mundo fabulosamente comunicado, los efectos se multiplican de manera insospechada.
El hombre, dotado de cuerpo y alma con sus potencias: memoria, entendimiento, voluntad ycapacidad de amar, lleno de sentimientos y con el don especial de la libertad, se convierte enmotor de cambio.
Los adelantos en el mundo de la medicina, de la ciencia, y de la tecnología atestiguan esa verdad.
Sin embargo, de la mano del progreso y del bienestar, se recrudece la maldad de los seres humanos expresada en las guerras, en los desplazamientos de comunidades enteras, en los miles de asesinatos secuestros y muchos delitos más; hambruna en el mundo e injusticia, son los signos apocalípticos. ¿Puede la humanidad revertir tales desastres? ¿Pueden el alma de la persona y el alma de los pueblos revertir estas calamidades?
La respuesta es sí. La misma historia nos demuestra que los seres humanos hemos podido superar esas situaciones con la participación de cada individuo, de cada familia, de cada comunidad.
El caso es que hemos puesto en juego nuestros talentos para lograrlo.
Los gobernantes deberían conducir la energía social, pero ha quedado demostrado que los gobernantes no son el factótum del cambio. Ya sea por incompetencia, por ineptitud o por corrupción; es la sociedad la que asume la voz cantante, con gobernantes, sin gobernantes o por encima de ellos, esa sociedad puede buscar su bien.
Lo que es condición necesaria para el cambio, es la participación ciudadana y desde luego los grupos organizados para impulsar ideas progresistas y hacerlas efectivas. Construir las alternativas de solución a los diversos problemas.
Si dichos grupos ciudadanos no tienen soluciones para mejorar los problemas que se enfrentan, no tienen nada que hacer y cualquier engañador llevará a la sociedad al despeñadero.
Es la hora de actuar, pero es evidente que se deben lograr trabajos en conjunto con personas que tengan capacidad para resolver los problemas.
Estos grupos de personas hemos de considerar como primordial que nuestros trabajos sean escrupulosos en el respeto a la dignidad de la persona humana y en que no afecte su intimidad corporal, espiritual y cultural. Ese grupo de personas debemos tomar consejo de otros grupos de personas de buena fe, que nos orienten y en muchas ocasiones que nos pongan freno a los proyectos por considerar que no son viables.
Debemos atender a las leyes naturales y a las leyes positivas, para que se logre el Estado Derecho, que le permita a la sociedad vivir con mayor justicia. Necesitan ser respetuosos del medio ambiente y buscar un equilibrio entre progreso y preservación de la naturaleza.
Los equipos debemos de lograr desarrollar de manera práctica la solución de los problemas. Tener la capacidad de analizar y estudiar las diferentes ciencias para armonizar los trabajos de todos.
Debemos deliberar cuales son los elementos del bien común para lograr que cada persona, cada familia y cada comunidad tenga las posibilidades de desarrollo en todos los campos del ser.
Se necesita fortalecer un alto grado de subsidiaridad y de solidaridad en las comunidades para que todas las personas participen.
Es una buena oportunidad para ejercitar los derechos de los ciudadanos, de participar en la vida política y social en nuestro país.
No permitamos que las dificultades de la participación nos detengan, hagamos efectivo nuestro compromiso.
Participación ciudadana sí pero con responsabilidad social.
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Jesús Becerra Pedrote
Autor de la obra “Los Chacales, La mafia que asesino al Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo” Fundador y presidente del Movimiento de abogados por la Justicia y el Estado de derecho.
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Abogado penalista con grado de maestría
Catedrático de posgrado en la Facultad de derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Expresidente de Coordinadora Ciudadana de la Ciudad de México.
