De entrada, la cantidad de credenciales del INE que no están funcionales para votar en 2024 es muy grande, URGE REGULARIZARLAS, QUEDA MUY POCO TIEMPO, comprométete a revisar y actualizar tu credencial para votar. |
En más de un artículo se puede leer que las elecciones programadas para el año que viene, 2024, serán las elecciones más grandes que se hayan celebrado en México.
Esto numéricamente hablando es verdad, dado el crecimiento de la población, cada vez somos más los ciudadanos que podemos participar en el proceso electoral, 97 millones en números redondos.
Además, la hace también la más grande de nuestra historia el hecho de que serán las lecciones con el mayor número de puestos políticos a decidirse.
Otro aspecto que da relevancia al ejercicio por venir es la trascendencia que el resultado tendrá para el futuro de México. Del partido que gobernó por setenta años y que procuraba declararse de “centro” con sus movimientos pendulares, siguió al que se calificaba como “derecha” para llegar en 2018 al que procura hacerse presente como “primer presidente de izquierda” en México.
Es decir, ya hemos conocido tres formas de conducir al país. Ha llegado el momento de definir que preferimos.
Durante 70 años el país fue gobernado por un solo partido, el Partido Revolucionario Institucional, último título del partido de estado que fundara Plutarco Elías Calles. El original se llamó PNR, Partido Nacional Revolucionario, tuvo un intermedio como Partido de la Revolución Mexicana y se renombró Revolucionario Institucional, PRI.
Amo y señor del proceso electoral, circunstancia que le garantizaba invariablemente el triunfo, fuesen como fuesen las elecciones y aunque votaran hasta los muertos.
Una larga lucha con políticos de lo que suele llamarse izquierda y derecha, así como verdaderos líderes auténticamente demócratas sin compromiso partidista, logró que el control de los procesos fuera ciudadano; desde la elaboración del padrón, listas ciudadanas, credenciales de identificación con fotografía, procesos previos; hasta montar casillas, entregar urnas transparentes, y con ciudadanos elegidos al azar previamente capacitados, verificar el voto individual y el conteo final con resultados honrados.
Dado que esa lucha se libró por un periodo de podemos decir veinte años o más, desde finales de los años setenta, la fraudulenta elección de Chihuahua, hasta el año 2000 en que por primera vez el Ejecutivo Federal cambió de partido, para los jóvenes que en 2024 van a participar por primera vez en una elección para presidente de la República, esas experiencias les son totalmente desconocidas.
Quizá eso explica el aparente poco interés que muestran para participar. ¿por qué decimos esto?, resulta que el padrón de más de noventa millones de posibles votantes está compuesto por edades de este modo: los jóvenes de los 18 a los 39 años son el 50%; el otro 50% está integrado en 25% de 40 a 55 años, los demás completamos el faltante 25%.
Volviendo a los jóvenes, resulta que según algunos conteos de ese 50%, el 30% o sea un 15% del total no tiene su credencial actualizada para poder votar, ¿falta de interés, falta de tiempo?
Me temo que no son exactamente jóvenes los que prestan atención a estos RENGLONES, si alguno lo hace lo invito a verificar que su credencial esté vigente y si no lo está, cuanto antes procure regularizarla, queda poco tiempo y la decisión de 2024 será trascendental, y que lo comente con sus amigos.
A los lectores mayores que en alguna medida tienen consciencia del trascendente cambio que en materia electoral se ha conseguido, ahora los votos se cuentan por ciudadanos como nosotros, los exhorto no solamente a estar preparados para participar, también a promover con las personas de su entorno la verificación de credenciales y asegurarse de que asistan a votar el año que viene.
La selección de las personas que compongan el Congreso y los que ocupen puestos ejecutivos, iniciando con la presidencia, decidirán el futuro de México por muchos años para nosotros, nuestros hijos y nietos.
Las elecciones celebradas hace poco en el Estado de México nos dejaron un mal sabor de boca, el abstencionismo fue grande, solamente participó un 49% de los posibles electores, la ganadora obtuvo un 46% de ese 49% de votantes, es decir 22%, un poco menos de la cuarta parte de los electores escogió a la gobernante, decidió el rumbo para todos.
No podemos permitir una experiencia semejante en junio de 2024, eso le resta legitimidad a un gobierno.
¡Mucha atención!
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